sábado, 20 de octubre de 2018

Al Concejal de Desarrollo Sostenible de Carmena le "resbalan" las opiniones de miles de madrileños


José Manuel Calvo del Olmo, refugiándose en informes técnicos, rechaza la creación de un carril bici en todo el recorrido de la Gran Vía, por "coherencia con el resto de actuaciones"

Las priridades en Gran Vía, "al revés" que en otras ciudades
El Concejal de Desarrollo Sostenible (¡nada menos!) ya dejó bien claro antes de llegar a su despacho a las cinco personas que nos reunimos con él; representantes de Pedalibre y ConBici, que no le influirían nuestras "opiniones personales".Tras aclararle que nuestras opiniones, lejos de ser "personales", representan amplios colectivos y sensibilidades, el encuentro se convirtió en un diálogo en el que, si no había vocación de cambiar nada, nos lo podíamos haber ahorrado recibiendo la decisión por un mail y así no descuadrarle la agenda, como al final se quejaba. Desde el primer momento supeditó su responsabilidad política a la técnica y advirtió que no cambiaría nada de los que sus dos técnicas le habían preparado. Hasta aquí todo podría haber sido normal, pues ya estamos acostumbrados a políticos que se amparan cuando les conviene en motivos técnicos, pero lo que es francamente inconcebible es que de un responsable
Cartel expuesto previo a las obras de Gran Vía
político, y menos de una formación como Podemos, que hace alarde de surgir de unas capas sociales hartas de que ciertos políticos traten con prepotencia a la ciudadanía, cometa precisamente ese pecado. Este joven concejal se permitió actitudes y frases como que le "resbalan" nuestros argumentos -y los contrarios- y que no piensa cambiar sus políticas mientras él sea el Concejal y que quien quiera votar a otros ya es mayorcito para saber lo que hace. No puede un concejal de sostenibilidad, utilizar a estas alturas, en una reunión donde de fondo se plantea un cambio de
Propaganda DIA MUNDIAL SIN COCHES 2015
hábitos necesario, por motivos de salud pública y cambio climático, argumentos tan manidos y antiguos como que la mayoría de la gente no va en bicicleta y él tiene que atender a todos -ni que decir tiene que no pretendemos que todo el mundo vaya en bici, pero qué excelente sería que al menos un 15% de los desplazamientos se hicieran pedaleando-. O permitirse afirmaciones como que a la bicicleta no va a otrogarle más prioridad que al resto de vehículos. O que la actuación de Gran Vía está en coherencia con el resto de actuaciones en Madrid, o lo que es lo mismo, que se seguirán haciendo mayormente ciclocarriles en calles atestadas de coches como lo será la Gran Vía y calles adyacentes, por donde pasar con una bicicleta, además de insalubre y desagradable, es físicamente imposible con los atascos. Llegó a decir que mientras esté él ¡no se cambiará nada en Gran Vía!. Y ello a pesar de ser un eje esencial del Plan Director de la Bicicleta de Madrid.
Como otras propuestas anteriores también viables habían sido ya descartadas, se había propuesto que el carril bici discurriera entre la acera y el carril bus, pero se rechaza nuevamente esta opción con el argumento de que podría ocasionar conflictos entre usuarios del transporte público y ciclistas. En otras ciudades se ha adoptado esta solución sin problemas. Aquí se alega que las líneas de autobuses son demasiadas y la densidad peatonal es grande. Desde Pedalibre ya se había propuesto un carril bidireccional en el centro, pero según el estudio técnico falta espacio en alguna sección. Si las aceras se hubieran previsto con unos centímetros menos, claro que cabría el carril bici. Pero se ha priorizado desde el principio la movilidad peatonal. Veremos el espacio real que queda tras la instalación de terrazas y kioskos varios en esas aceras... Para estas actividades recaudadoras sí que habrá espacio...

Atrás quedan las promesas electorales, los carteles de propaganda con la Gran Vía llena de bicis, las afirmaciones de Carmena sobre el cambio que necesitaba Madrid en movilidad y bicicleta (con más vías segregadas) y, excepto algunas actuaciones (que también destacaremos en positivo si llega el momento, como hicimos con Santa Engracia, Vinateros y otras como
Escenario similar el que espera a quien elija la bicicleta en GranVía
municipalizar el servicio BICIMAD), el resto seguirá las políticas de Ana Botella (PP) pintando ciclocarriles o contruyendo carriles bici entre los carriles bus y el primer carril de tráfico privado motorizado. Atrás quedan también los más de 100 kilómetros de carril bici que se prometieron para esta legislatura y que han quedado en 28. De nada vale que miles de madrileños (no sólo los que representa la asociación Pedalibre), votarán en los presupuestos participativos que se contruyeran prioritariamente más carriles bici segregados.

Desde el equipo técnico se llegó a afirmar en la reunión que ellas tiene sus jefes políticos y que siguen también las directrices que les indican... Y ahora tengo que recordar a Carlos Corral, uno de los defensores de los carriles bici que desde dentro del Ayuntamiento más a remado a favor de ellos, hasta que hace unos meses fue desplazado a otro departamento por motivos que podemos suponer...
Concejal J. M. Calvo

En fin, que lo que más escuece son las formas de un chico joven incapaz de valorar la mano tendida de una asociación decana y que en vez de estrecharla, la ha palmeado con muy poca consideración. Nadie quería salir de allí engañado y conformado. Pero tampoco humillados por alguien sin maneras, que se levanta el primero y abre la puerta para que desalojemos la sala. Y menos de un partido como Podemos. Carmena debería tomar nota para sus equipos de quien suma... y de quien resta.