lunes, 17 de junio de 2013

El casco ciclista me mata (o casi)

Yo soy un ciclista integral, con casco parcial. Quiero decir que lo mismo voy a trabajar en bici a la ciudad, que hago cicloturismo por apacibles caminos rurales, que descargo adrenalina y quemo grasa corporal en mi bici de montaña. Y el casco me lo pongo donde el sentido común me lo dicta, que para eso lo tengo (el casco y el sentido común).

Y en esas estaba cuando hace unos días circulaba por un camino llano de cabras con mi BTT. Como considero que en esas rutas sí que estoy practicando una actividad de relativo riesgo, pues me había encasquetado como siempre mi casco de ciclista "por si acaso". Disfrutando la brisa, de repente noté como un insecto se introdujo por uno de los respiraderos de la chichonera y comenzó a zumbar entre mis cabellos. Instintivamente me llevé una mano a la cabeza, pensando en una avispa o similar y mientras hacía hueco entre mi cráneo y el protector, y sujetando el manillar con una sola mano, pillé un bache… y me fui al suelo, con la mala suerte de que al poner el pie en tierra me clavé seis dientes del plato en mi pantorrilla, para finalizar seguidamente la caída por encima del manillar describiendo lo que me pareció un elegante escorzo. Ni la cabeza ni el casco rozaron el terreno, sólo en las extremidades y costados -como casi siempre que nos caemos de la bici-, sufriendo un golpe en el codo que todavía me dura.
¿Qué puede decir de esto?. ¿Que si no hubiera llevado el casco nada de esto me habría pasado?. ¿Dejaré de llevar casco a partir de ahora?. ¿Llevaré a cambio coderas, espinilleras y rodilleras?. Pues más bien no me lo planteo. El casco seguirá formando parte de mi vestuario cuando salga a la montaña a practicar mountain bike, aunque en miles de kilómetros nunca me dí ningún golpe, y seguiré sin ponérmelo en el resto de ocasiones, pues apenas voy más rápido en bici que cuando camino y si me arrolla un coche, probablemente me servirá de poco, igual que a los quinientos peatones que de promedio fallecen anualmente atropellados en España.


La Vida, para bien y para mal, es un cúmulo de circunstancias fortuitas que no podemos anticipar. Y si Vd. cree que sí que se puede prevenir todos los golpes en la cabeza coronándola con una coraza, entonces no se le ocurra jamás pasear por la calle descubierto o subirse a un coche sin ponérselo: ¿sabe que, según el INE, en 2010 fallecieron en España tres ciclistas por golpes en la cabeza, tres peatones por la caída de macetas en el cráneo y tres fallecieron por un rayo?. ¿Y sabe que casi 5.000 víctimas anuales de tráfico, la inmensa mayoría dentro de un coche, fallecen o quedan seriamente heridas en los accidentes de automóvil, donde el cinturón de seguridad tampoco es suficiente y los traumatismos cráneo encefálicos son una auténtica pandemia?. ¿Mejor empezamos por aquí o tratamos de evitar apenas 2 o 3 fallecidos que calcula la DGT que salvaría el casco ciclista, a cambio de reducir las personas que usarán la bici en las ciudades y renunciando así a los beneficios que abandonamos?. Seamos objetivos. Los riesgos no guardan proporción con la pretendida medida (12-14 ciclistas fallecidos en todas las vías urbanas de promedio anual, en diferentes circunstancias) y los beneficios colectivos de usar la bici salvan muchísimas más vidas que el casco. Voluntario sí. Obligatorio no.

Manuel Martín
www.lorcabiciudad.es - www.conbici.org