viernes, 24 de mayo de 2024

EL TRÁFICO y LA BICI EN NÁPOLES Y ROMA

 Hace una fechas estuvimos en Nápoles y Roma y como en cada lugar que visito, tuve la tentación de tantear ambas ciudades en bicicleta...

Como siempre, me informé de la principal asociación de Nápoles gracias a mi amigo italo-valenciano Giuseppe Grezzi, que me dio el contacto de la asociación local, pero lamentablemente por diferentes motivos no pudimos coincidir. Sin embargo sí que conocimos Bicycle House, impresionante tienda-bar-taller en la emblemática Galería Principe di Napoli y lugar de encuentro del movimiento ciclista Napoli Pedala, donde muy amablemente nos atendió Massimo, su propietario.

Cómo es natural tengo otras muchas fotos del viaje, pero como se que muchas de las personas amigas de Facebook nos une aquí la movilidad sostenible y los viajes, va este reportaje por vosotras.




NÁPOLES

 


Con frecuencia escucho que tal o cual ciudad no está preparada para las bicicletas. Yo respondo que para lo que no están preparadas es para tanto coche. Pero el caso de Nápoles me temo que es otro.
Sus empedradas "stradas" o deteriodadas calzadas de asfalto con frecuentes ondulaciones, cuando no socavones (ver vídeo), son ya una prueba de fuego que obliga a que un porcentaje alto de las pocas personas que se desplazaban aparentemente en bici llevaran ruedas súper anchas, tipo moto, pero además me pareció que llevan acelerador, por lo que ya no son bicis. Y hablando de motos.... estas circulan por las aceras según su conveniencia e incluso por las estrechas calles más atestadas de turistas, en las que sin explicarse uno cómo, no se llevan a nadie por delante.


Los primeros dos días los pasa uno indignado, sufriendo esas motos como un enjambre, hasta que al tercer día forman parte del paisaje urbano sintiéndote tú un elemento más del mismo en esa vorágine de flujos humanos y máquinas, en la que aprendes rápido que si no bajas el pie de la acera a la calzada y avanzas con total naturalidad, no vas a cruzar hasta que una masa crítica local te lo permita (ver vídeo). Y esto ocurre independientemente del color del semáforo, que por cierto se pone verde para los peatones durante 4-5 segundos y después en amarillo otros 12 para que te des prisa en cruzar, pues los autos y motos son la prioridad en cualquier caso (ver vídeo).
Y si en las calles peatonales las vespas aprovechan el mínimo hueco para avanzar zigzageando, igual o más pasa en la calzada. Coches acelerando en calles estrechas y motos practicando eslalon de un lado al otro ante la mínima oportunidad que ofrezca un atasco o un frenazo inesperado que, lejos de amedrentar al motorista,  aprovechará para bordear al vehículo que redujo su velocidad y adelantarle (ver vídeo). Y todo esto con la banda sonora original de continuos pitidos de coches y motos que alertan de su presencia con el noble fin de no arrollarte. Todo un detalle que además se complementa con otros, como la señora automovilista que, en medio de una avenida de dos carriles por sentido, viendo que quería cruzar por medio (donde fueres, haz lo que vieres) se paró sorprendentemente en medio y me cedió gentilmente el paso. 


 


Sobre seguridad vial no tengo datos, pero he de admitir que no fui testigo de ningún accidente de tráfico y tampoco de sustos o situaciones de marcado riesgo. Sin embargo se celebró una marcha ciclista para la triste instalación de una bici blanca por el atropello mortal de una mujer hacía un mes, y a la que no pudimos asistir por tener entradas desde tiempo atrás para un espectáculo.
Bicicletas públicas tiene Nápoles, pero no ví que se utilizaran. Sólo sus cestas como papeleras.
Tendré que volver para aprobar la asignatura pendiente del ciclismo urbano. En esta ocasión, sin la compañía de un cicerone adecuado que nos iniciara, preferí ser un caminante observador y solo en las localidades próximas de Sorrento o en Ercolano, me pareció factible e idílico transitarlas pedaleando.
Nápoles, esa encantadora ciudad mediterránea que aúna lo exquisito con lo suburbial y que tan bien representará siempre Diego Armando Maradona, presente por todos los rincones de esta ciudad con carácter y sabor que sin duda hay que conocer en varios días olvidando todos los prejuicios.

ROMA

La idea fue ir a a Roma a visitar la Vía Appia Antica un domingo, que cierran el tráfico en esa expansión verde y alquilar dos bicis eléctricas. Pero el domingo había huelga de trenes y desde Nápoles tuvimos que ir el lunes, resultando que ese día la huelga era de transporte urbano... en Roma .
Quienes nos alquilaron las bicis cerca de la Estación de Roma Termini, fueron muy amables (Eco Move Rent Snc - Via dei Mille, 08
00185 Roma). Me quedé un poco preocupado, por los consejos que nos daban de precaución y los emocionados semblantes con los que nos despidieron desde la puerta.
Siguiendo un plano que nos facilitaron nos dirigimos al Foro, y en el trayecto ya recibí el pitido de una moto que pasó rozándome, con toda la calle de dos carriles libre. Al parecer le molestaba que no transitara por el carril bus y lo hiciera por el segundo carril. Ignoro si las bicis pueden ir por los carriles bus, al contrario que en Madrid, que están prohibidos para las bicicletas.
En el Foro nos hicimos las correspondientes fotos y vimos varios grupos de turistas en bici, que divertidamente visitaban la monumental zona junto al Coliseo. Y justo allí empezaba nuestra ruta hacia la "tranquila" Vía Appia Antica. Esta fue la primera gran autopista que el Imperio Romano construyó, partiendo de las Termas de Caracalla hasta el tacón de Italia, Brindisi. Eso sí, tardó quinientos años en completarla, que para la ingeniería romana y su poderío no parece precisamente para sacar pecho. En el Coliseo emplearon solo ocho años.
La ida fue relativamente bien, aunque ya nos enseñaron los dientes algunos con unas velocidades que después de lo visto en Nápoles, ya no nos sorprendían. Por la Vía Appia, siguiendo un track que me había bajado de Wikiloc, nos relajamos bastante, pues es algo así como la Casa de Campo en Madrid y apenas pasan coches por esa empredrada vía. Visitamos las Catacumbas de San Callisto y tras un ligero almuerzo nos fuimos encontrando con numerosos mausoleos, destacando el de Cecilia Metella (Santa Cecilia). Pedaleamos después viendo Roma al fondo desde el sensacional y delicioso parque de los acueductos, donde se cruzan se unen y se superponen varios que abastecían de agua a la capital, las inmensas villas patricias, las termas y las fuentes.
Pero lo "mejor" estaba por llegar. El regreso en ese día de huelga de transporte urbano saturó el tráfico de la salida del parque y los accesos a la Roma, percibiendo la vuelta más Eterna aún que la ciudad. Las calzadas eran muy estrechas, de doble sentido y para más INRI, varias empedradas y sin arcén ni acera. El mínimo hueco que les dejábamos era inmisericordemente aprovechado por los impacientes e insensibles conductores que solo tenían la consideración de pitarte cada vez que pretendían adelantarte, para que te apartaras más todavía, claro. "Quo Vadis?". Me preguntaba yo. Hasta que llegó un momento que me harté y me situé justo por el centro del carril (por donde suelo ir en Lorca o Madrid) y con un ostensible gesto del brazo al que me estaba acosando por detrás, le indiqué mi intención de circular por el centro. ¿¡Cómo lo haría!? que a partir de ahí dejaron de pitarme durante un rato.
Siento ahora no haber parado en algún momento para tomar alguna foto o vídeo de aquel escenario o del del centro, pero el riesgo que ya tiene sujetar el manillar allí no podía añadirle el de sacar la cámara para hacer fotos.
Llegamos sin mayores incidentes al alquiler de bicis y el matrimonio que lo regentaba nos recibió con visible satisfacción.

CONCLUSIONES:

- Después de circular entre motos, autobuses o coches por Roma o Nápoles cualquier otra ciudad te parecerá una balsa de aceite, incluso la Italia del norte tiene más cultura ciclista.
- Si te quieres sentir como un gladiador del Coliseo, pero en el siglo XXI, no dudes en bajar a sus calzadas en bicicleta.
- Si vuelvo a Roma, volveré a circular en bicicleta. Sin ninguna duda :-)) Aunque en Nápoles ciudad... ya si eso lo iremos viendo.


 

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